el mundo en movimiento
Después de tres días de permanecer en casa, salí a caminar para asegurarme de que el mundo seguía en movimiento. Para mi fortuna, nada había cambiado: las personas andaban bajo el mismo ritmo y los coches transitaban a distintas velocidades. A los minutos me encontraba de regreso con una pregunta que se hacía cada vez más latente: ¿habré cambiado yo?
0 comentarios